17/7/2020

Séptima jornada del juicio por el crimen de Felisa Acevedo

Ayer se desarrollaron los alegatos. El fiscal Bon Dergham sostuvo que “el mayor despliegue de violencia fue ejercido por Martines” y que O’Lery le dio golpes de puño. “Primero la golpearon y luego le robaron”, destacó. También declaró la imputada Melody Cecilia Martines, quien se despegó de la acusación. El 30 de julio el Tribunal anunciará si los imputados son culpables o inocentes

Ayer se desarrolló la séptima jornada del juicio por el crimen de Felisa Acevedo.

En representación del Ministerio Público Fiscal, Facundo Bon Dergham, solicitó al Tribunal que los imputados Pablo Daniel O’Lery y Melody Cecilia Martines sean condenados por el delito de Homicidio criminis causa, en concurso real con Robo.

Durante su alegato, el fiscal sostuvo que existió un plan delictivo y que los acusados “mataron a Acevedo para facilitarse el robo de sus ahorros y alhajas, y para lograr la impunidad de ambos”, ya que la víctima conocía a Martines porque había ido a efectuar tareas domésticas.

Indicó que el hecho se produjo entre las 20.14 y 20.37 y que la docente fue agredida brutalmente: recibió al menos cuatro golpes en la cabeza con una barreta que llevó la imputada. “El mayor despliegue de violencia fue ejercido por Martines”, acotó, en alusión al uso de la barreta; añadiendo que O’Lery fue quien le dio los golpes de puño. “Primero la golpearon y luego le robaron”, destacó.

Bon Dergham expresó que O’Lery llevó a Martines al departamento en su camioneta Ford F-100, que partieron de la casa de la mujer a las 19.22 y que se retiraron en el mismo vehículo, “con las luces apagadas”, a las 20.37 desde España y Civit.

La fiscalía le dio credibilidad absoluta al relato de Nicolás Ríos, quien afirmó que los imputados regresaron a la casa de Martines a las 20.56 y que ella bajó toda ensangrentada. También valoró los dichos de una vecina de la víctima, quien reconoció a O’Lery como la persona que, “esa tardecita, estaba parado frente al departamento como esperando que le abran la puerta”.

Bon Dergham afirmó que se hallaron “huellas del calzado de O´Lery a centímetros de la barreta y a un metro de la escena más violenta” del crimen; y un collar de Martines “en medio de un charco de sangre”. También ADN de Acevedo en la camioneta del imputado.

Remarcó que O’Lery volvió a la escena del homicidio para buscar el dinero que “Melody había dejado acovachado en una bolsa”, en cercanías del departamento, y que pocas horas después del crimen “publicó, en General Pico, que vendía la camioneta a un precio muy bajo”.  “Eso fue parte de su coartada”, subrayó.

Además aseguró que, en los cuatro días que se tardó en detener a los acusados, ellos hicieron desaparecer pruebas. La fiscalía asegura que “Martines le hizo quemar Toto (por el testigo Juan Gómez) ropa ensangrentada”.

Por último, enumeró una serie de circunstancias que formaron parte de la organización del plan y concluyó que cuando lo planearon, sabían que la víctima tenía dinero, a tal punto que a posteriori se encontró allí una suma muy importante que los acusados no pudieron hallar. “No fue una muerte en ocasión de robo, porque ellos no se sorprendieron de nada. Fueron sabiendo que había dinero y que iban a encontrarse con una persona vulnerable”, finalizó.

Anteriormente declararon dos testigos por parte de la defensa de O’Lery y luego la imputada, Melody Martínes, quien se despegó de la acusación.

El 30 de julio, los jueces Andrés Olié, Gastón Boulenaz y Daniel Sáez Zamora anunciarán si los imputados son culpables o inocentes.






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