El agresor fue condenado por ser responsable del delito de abuso sexual simple y abuso sexual gravemente ultrajante, tanto por su duración como por su modalidad de realización, doblemente agravado por haber sido cometido por el ascendiente y aprovechándose de la situación de convivencia preexistente con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado.

Se lo condenó a 12 años de prisión de efectivo cumplimiento. Además, se le dictó prisión preventiva domiciliaria, hasta que quede firme la sentencia. 

Los hechos comenzaron cuando la víctima tenía 7 años y se prolongaron hasta que la denunciante cumplió 21 años. Los abusos siempre fueron naturalizados por el agresor, manifestándole a la niña que era algo normal o propiciándole amenazas para que no hablara.

El juez que intervino en la causa es el Dr. Carlos Aberto Besi.

Prensa MPF